I
Seamos
saltimbanquis
en los rascacielos del
alma procurando equilibrio.
II
No pretendo transformar
tu silencio
es inmutable.
III
Mi reloj se paró
y en esta lluvia de
serpentinas
cuento barcos de papel
para volverte a ver.
IV
Tanta cotidianeidad contagiada de tu risa
Tanta cotidianeidad contagiada de tu risa
ahora rota
juntándola con la
escoba.
V
Ausencia como condición
de existencia,
cayéndose en pedazos de
paredes,
revolcándose por el
piso,
muriendo en el último
trago de vino,
con la última palabra
que escribo,
naciendo en cada beso,
ocultándose en cada
rinconcito de la rutina,
dejándose ir y venir
con el viento,
Ausencia que ya casi es
igualita a tu nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario